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NEUROCODEX: Propuesta terapéutica integradora de cara al siglo XXI

“La mente es a la realidad lo que el menú es a la comida”

Cuelga un cuadro en mi consultorio de un destacado artista plástico nacional cuyo motivo versa sobre un hermoso paisaje de las zonas más impresionantes de Venezuela: la sabana llanera. Es un cuadro grande, mide 2 metros y 30 centímetros de ancho por 1,40 de alto. Resaltan brillantes colores tropicales (verdes, amarillos y azules), con un pequeño lago en el centro lleno de corocoras -lindas aves grandes de colores rojos vistosos- y garzas blancas a granel.

Elena, mujer soltera de 36 años, entra al consultorio por sexta vez, y al hacerlo, mira de frente al cuadro, abre discretamente sus ojos y dice sorprendida:

-¿Cuándo colocaste ese cuadro allí? Evidentemente dirigiéndose a mí. Volteó su rostro y me miró sin salir del asombro que aumentara una vez que yo le respondiese de la siguiente manera:

– Ja, ja, ja Esas son las cosas interesantes cuando una empieza a VER en REALIDAD… (río a mandíbula batiente)… Ese cuadro está allí ¡desde hace más de veinte años! Le respondo.

– No puede ser. No salgo de mi asombro… ¡Tantos años de ciega he llevado!

La misma sorpresa se está convirtiendo en cotidianidad cuando presentamos los resultados de las investigaciones que llevamos a cabo. ¿Cómo es posible un insight con tanta rapidez y con tanta profundidad de cambio? pues Elena llevaba padeciendo, y practicando terapias de muy diverso tipo, desde su adolescencia que se hizo crítica: Perdió a su padre a esa edad y su madre –profesional de la salud pública tremendamente exitosa- entró en una depresión profunda que “la consumió” (según palabras de las propias víctimas) durante casi 20 años de vida… “Hasta ahora, Dr. que lo conocimos a ud”, pues la estrategia que decidí utilizar frente a los problemas explícitos de Elena -la cual había recibido atención personal durante 15 años por intentos suicidas, conductas disruptivas, entre las cuales cuentan abandonos laborales a repetición, unos 7 abortos y 2 hijos de padres diferentes, continuas peleas con la madre y un par de hermanos- fue un abordaje mixto con entrevistas individuales para Elena (cuatro) y al grupo familiar (dos) donde reestructuramos la percepción virtual que cada uno de ellos tenía de su propio comportamiento, el de los demás y un reordenamiento de los recuerdos en torno al padre y su desaparición temprana. Se abrieron a nuevas perspectivas y la esperanza de un mejor vivir, en armonía, se hizo presente. Un control a los seis meses mostró que una significativa armonía se mantenía entre ellos y Elena se encontraba trabajando y con un sentido optimista de su vida futura.

Y ud, amable lector, a menos que ya maneje algún grupo de terapias de vanguardia que mencionaré más adelante, se hará una pregunta semejante: ¿Cómo es posible lograr un cambio humano positivo tan rápidamente y con tanta solidez?

Desde los años sesenta, cuando algunos autores comenzaron a preocuparse por el creciente número de terapias que estaban apareciendo en el campo de la psicoterapia, ya que algunos de ellos las denunciaban por cientos (1), lejos de disminuir los enfoques y técnicas terapéuticas se nota un crecimiento progresivo de ellas, a tal punto de que en el Congreso Mundial de la Asociación Mundial de Psicoterapia del año 2005 – mismo en que se entregó el premio Sigmund Freud a la labor integracionista del Dr. Opazo (2)-, se registraron más de setecientas propuestas psicoterapéuticas. De tal forma que en la medida en que los esfuerzos se dirigen a integrar, aparecen más modelos con estilos diferentes.

Una de las razones que hemos sospechado para que este fenómeno se esté produciendo es que generalmente tenemos la tendencia a sobrevalorar lo que hacemos y a desconfiar de los esfuerzos de otros en direcciones distintas. Así, todavía quedan reductos del viejo enfrentamiento entre conductistas y analistas, siendo que apuntaban a aspectos diferentes de las personas cuando abordaban los problemas humanos, como veremos a continuación con la propuesta NEUROCODEX.

NEUROCODEX constituye las siglas de la NEUROCODificación de la EXperiencia humana; constituyendo un programa de investigación-acción integrativo, comprehensivo, orgánico y pragmático acerca del estudio, comprensión y transformación positiva del ser humano. Hunde sus raíces en una permanente actualización de datos y propuestas provenientes de miríadas de estudios de diferente índole: Filosóficos, científicos, humanísticos, éticos y empíricos. Por ello, constituye una disciplina teórico-pragmática de 1er y 2do. orden de abstracción que investiga, aúna, explica y modifica hechos empíricos de alta verificabilidad y uso cotidiano. Consideramos que los aportes de cualquier innovador son dignos de atención y por ello los estudiamos, practicamos y extraemos lo más granado que encontramos en pos de un ascenso positivo del ser humano.

Esto configura a NEUROCODEX como una disciplina actualizada, de vanguardia, orgánica, evolutiva y amplia, derivando desde planteamientos de alta complejidad intelectual hasta procedimientos y técnicas muy sencillas que ayudan a cualquier persona a vivir mejor en su cotidianidad, incluyendo el trabajo psicoterapéutico, donde centraremos nuestra exposición.

Hemos revisado cerca de 200 modelos terapéuticos y extraído de ellos los elementos psico(pato)lógicos y terapéuticos que engranando dentro del concepto central de NEUROCODEX pasan a constituir elementos de un puzzle comprehensivo y comprensivo del ser humano en su relación con el cambio saludable. En el presente capítulo nos resulta imposible enumerar la totalidad de las propuestas revisadas, mas, pasamos a mencionar las doce que mayor impacto tienen en la actualidad para la formalización de la sugerencia: Psicoanálisis, conductismo, gestalt, terapia cognitivo-conductual, hipnosis Ericksoniana, PNL, E.M.D.R., Terapia Sistémica, Teoría de la comunicación Humana, Terapia estratégica, Alba Emoting, Noesiterapia. Estas propuestas son entendidas como pasos evolutivos en la comprensión del ser humano y sus posibilidades de transformación y analizadas a la luz de los descubrimientos más destacados en las neurociencias, la etología, la lingüística, las ciencias sociales y las éticas, fundamentalmente. El concepto central alrededor del cual giran los otros elementos lo constituye la neurocodificación (de allí el nombre del modelo), es decir, la forma particular como CADA cerebro establece las correspondencias entre los estímulos competentes y los patrones virtuales que cocrean la realidad virtual, en una configuración que se retroalimenta constantemente en el proceso de vivir, siguiendo la ley de Hebb (3) y la neurocibernética (4). De allí que sea factible el cambio rápido y sostenido tal como lo preconiza R. Bandler (5) y lo hemos podido confirmar en nuestra práctica clínica. Además, se apoya en el constructivismo, la teoría de sistemas y la cibernética. De tal forma que si logramos estimular adecuadamente los patrones dinámicos que cada persona exhibe y replanteamos su configuración, aseguramos un cambio que será sostenido en el caso de que se continúen los nuevos circuitos.

MODELO PSICO-PATO-SOCIOLÓGICO**

¿Cómo lo logramos? De la observación de los hallazgos de neurociencias (6), (7) asumimos el fenómeno de la yuxtaposición cerebral como cuatro macrofunciones: Pensamientos, Emociones, Sentimientos y Acciones (A partir de ahora la P.E.S.A. ). Funciones que son independientes aunque intensamente interconectadas en un proceso de acoples y desacoples que según las estimulaciones correspondientes constituyen una masa crítica que pone a predominar uno u otro modelo de acople. Por ejemplo, cuando una persona que sufre una fobia no está frente al estímulo que dispara el temor (E), puede pensar (P) de forma cuerda y evaluar sus sentimientos (S) con tranquilidad (E), llevando a cabo acciones (A) coherentes con sus deseos. Además, las acciones (A) de su cuerpo (como respiración, ritmo cardíaco, etc) le indican que no hay amenazas y de esa manera realimenta la sensación de seguridad (E). La masa crítica está desplazada al polo tranquilidad, con pensamientos seguros y sentimientos de estabilidad… Al experimentar la presencia del estímulo que aprendió a asociar con amenaza, su emocionar –elegimos la terminología de Maturana como la más acorde con nuestro modelo (8)- acumula masa crítica que se impone sobre los otros módulos (Pensamientos, Sentimientos y Acciones) y la persona es presa del ataque correspondiente. En el proceso terapéutico abordamos el emocionar desde la configuración de su respuesta, cómo está representado el estímulo y qué tipo de acciones lo sustentan -trabajamos con las submodalidades de Bandler (9), los patrones respiratorios de Susana Bloch (10) y el uso de estados alterados de conciencia que permiten reprogramar el nexo entre el estímulo competente y la representación virtual de éste, empleando hipnosis ericksoniana (11), noesiología (12) y/o Neuroestimulación Bilateral alterna (N.E.B.A.) (13)- al concebir las Acciones Terapéuticas Específicas (A.T.E.) como elementos de una caja de herramientas que se alimenta de todas las fuentes posibles de generar técnicas específicas demostrablemente efectivas (criterio pragmático Peirceano (14).

Otro principio del modelo funcional involucrado en el proceso psicoterapéutico es el hecho de que nuestro cerebro humano es un versionador de la realidad y no un captador real de ésta, como lo señalan Korzybski y sus seguidores (15). Por lo tanto, siempre nuestros consultantes nos hablarán DESDE su experiencia y DESDE su pasado. Orientarlos a futuro y presente abriendo opciones posibles y no exploradas por ellos, inicia la posibilidad de cambio poderoso (16).

La complejidad del cerebro, en tanto que funciona en modo consciente y en diversos gradientes de inconsciencia, tal como adelantara Sigmund Freud, nos crea un desafío en cuanto a seleccionar cual modo de abordaje transformativo es el más indicado en cada momento de la terapia, particularmente porque el estímulo competente para producir representaciones en nuestro cerebro es la comunicación humana (17).

Dado que la simultaneidad P.E.S.A. se resuelve mediante un acople donde la masa crítica creada en cada módulo signará la respuesta de acción corporal única, las posibilidades de expresión son múltiples y tienden a ser infinitas y particulares a cada individuo, lo cual complica las posibilidades de entendimiento interpersonal y social, razón para que Eduard Punset señale: “hablando se confunde la gente” (18). Decimos en NEUROCODEX: “La comunicación armónica y efectiva no es natural ni espontánea, hay que crearla como construimos puentes, relojes y chicles. No estaban antes en la naturaleza, sólo nosotros seremos capaces de hacerlo”. Con lo cual abrimos otro principio básico para nuestro trabajo: Gracias a que en el ser humano coinciden tres privilegios, a saber, una mano prensil, un aparato fonador amplio y un prefrontal que permite la abstracción y la fantasía, amén de seres de adaptación somos fundamentalmente seres de TRANSFORMACIÓN. Con lo cual abrimos la autopista al cambio psicoterapéutico en la medida en que despejamos incontroversialmente un camino y un destino a nuestro quehacer.

En nuestra ayuda viene la costumbre del cerebro de crear patrones de comportamiento para poder manejar su accionar en el mundo (19), de tal forma que nos brinda la oportunidad de organizar nuestras intervenciones en función de la aparición y manifestación de los patrones limitantes y explorar las posibilidades de reorientar hacia la construcción de patrones saludables y potenciadores. Así, desarrollamos un espectro alejamiento-acercamiento para guiar las acciones terapéuticas que convertimos en vector de acción.

Un aparte especial merece el don que nos permite los mayores alcances de nuestro poder transformador: el lenguaje. Analizando sus competencias intrínsecas para crear la mayor y mejor masa crítica en los diferentes módulos P.E.S.A. nos obliga a un dominio experto de la palabra y su contexto particular de uso, como veremos en el modelo terapéutico transformacional.

Veamos ahora, el MODELO PSICOTERAPÉUTICO TRANSFORMACIONAL:

Para lograr estos resultados utilizamos una heurística caracterizada por:

– Un marco ético guiado por un sentimiento de ayudar al consultante a desarrollar una actitud de congruencia en su P.E.S.A. con criterio de armonía con el entorno (lo llamamos ecología, tomando prestado el término de la PNL), dispuestos a desarrollarlo incluso solapando nuestras apreciaciones teóricas. En palabras de Virginia Satir: “cuando tengo un paciente delante, mi único pensamiento es cómo ayudo a esta persona a vivir mejor” (20).

– La creación de un clima de rapport donde se experimente confianza, armonía, respeto, seguridad y solidaridad. De hecho, varias investigaciones apuntan a que este clima constituye la variable que más correlaciona con el éxito terapéutico (21).

– La cocreación con los consultantes de direcciones de desarrollo vital futuro congruente y ecológicamente guiados, con objetivos específicos remarcando los pasos intermedios.

– El diseño y puesta en práctica de Acciones Terapéuticas Específicas (A.T.E.) que son chequeadas mediante señales de logro inequívocas, evaluadas por las Acciones Específicas Transformadoras (A.E.T.): Declaración congruente de los consultantes, realización de tareas o actividades incompatibles con el problema, opiniones de terceras personas, realización de test reconocidos, evidencias de un sentido creciente de mejoramiento continuo de la vida.

– Un sistema de seguimiento que garantice la vigilancia de los posteriores destinos que los consultantes seguirán a lo largo de su vida. Sugerimos a nuestros consultantes mantenernos informados de tales evoluciones y solemos llamarlos con cierta periodicidad, cuando no es el caso.

– Una formación y actualización profesional permanente por parte del terapeuta, guiado por la fórmula de la Potencia Terapéutica:

Pt = Ae[Ct(Fc. Ap. Cc)]sp Od

Donde: Ae: Actitud ética, Ct: Conocimiento teórico-técnico, Fc: Flexibilidad de comportamiento, Ap: Agudeza perceptiva, Cc: Comunicación congruente, sp: sistema propulsor, Od: Objetivos enmarcados en direcciones vitales.

Las macroherramientas fundamentales que hemos recogido, innovado y/o creado son las siguientes:

Como parte de los elementos de la ecuación del terapeuta exitoso, tenemos macroherramientas derivadas de distintas disciplinas y muy especialmente de la PNL:

Atención activa, clara, limpia y precisa (de-espejada): Forma parte de la Agudeza perceptiva y consiste en usar nuestros sentidos de la manera menos contaminada posible por nuestros propios sesgos. El registro de las expresiones protoverbales –como micromovimientos, coloración de piel, sudoración, tono y timbre de voz, entre otros- y el establecimiento de patrones asociados a los contenidos de los mensajes de nuestros consultantes, son las claves para aproximarnos a ese mundo interior desde donde se generarán las respuestas de solución (AET) para sus motivos de consulta y su estilo de vida.

Acompañamiento en las expresiones: Conocido en PNL como acompasamiento o sincronización (22), consiste en “espejear” respetuosamente y de manera sutil los movimientos, posturas y formas de expresión vocal (“música de la voz”) con la finalidad de crear el clima de rapport que constituye un marco afectivo de seguridad que facilita enormemente la influencia que el terapeuta ejerce sobre el consultante para que re codifique ciertos aspectos de sus vivencias conectados con sus problemas, convirtiéndolos en opciones de salida y bienestar. El grupo de Milwaukee por ejemplo, utiliza la dirección y el sentido del cabeceo con estos propósitos (23)

Cambio de posiciones perceptivas: Utilizado físicamente por la terapia gestalt (24), Bandler desarrolló un método para hacerlo mentalmente, al imaginar cambios en las maneras en que percibimos mentalmente nuestra participación en una experiencia. Ha sido uno de los puntales para las curas rápidas de fobias (25).

Anclajes: desarrollados por R. Bandler y J. Grinder, aunque encontramos antecedentes en Hubbard (26) quien los denominó “engramas”, consiste en asociar intensamente estímulos y respuestas para contar con activadores de comportamiento tanto en el contexto de la terapia como en la cotidianidad.

Cuidado del lenguaje: Se trata de la utilización de lenguaje verbal con propósito directivo hacia la transformación positiva. Tanto en la generación de preguntas como intervenciones como tales, nos resguardamos de respetar las realidades del consultante y desde ellas ayudarlo a coconstruir un lenguaje caracterizado por ser estímulo competente de transformación saludable. A ello contribuyen aportes de la PNL (27), Ontología del lenguaje (28), entre otros (29), (30), (31).

Utilizando estas macro herramientas como guías generales de influencia para el cambio positivo al abordar nuestros pacientes, simplifica el trabajo cotidiano.

**Empleamos la terminología sugerida por Castilla del Pino (32) y la llevamos al marco de lo sociológico, pues entendemos que en realidad conforma un aspecto neurosocial de nuestra extensa red humana.

BIBLIOGRAFÍA

01. Herink, R. (ed.) (1980): The psychotherapy handbook, The New American Lib., N.Y.
02. Opazo, R. (2001): Psicoterapia Integrativa, Ed. ICPSI, Santiago.
03. Hebb, D. (1949): The organization of behavior: a neurological theory, Wiley, N.Y.
04. Wiener, Norbert (1960): Cibernética, Guadiana, Madrid,
05. Bandler, R. (2008): Get the live you want, Health Communications, , xxi y sig.
06. Damasio, Antonio (2001): El error de Descartes, ed. Crítica.
07. LeDoux, J. (1996): The emotional brain, Touchstone book, N.Y.
08. Maturana, H.: (1997): La objetividad: un argumento para obligar, Dolmen, Santiago.
09. Bandler, R. (1984): Use su cabeza para variar, Cuatro vientos, Santiago.
10. Bloch, S. (1996): Biología del emocionar y Alba Emoting, Dolmen, Santiago.
11. Rosen, Sydney (1991): Mi voz irá contigo, Paidós, B.A.
12. Escudero, A. (2006): Curación por el pensamiento (Noesiterapia), Centro de noesiterapia, Valencia.
13. www.ilacot.org
14. Peirce, Ch. (1934): Collected Papers of Charles Sanders Peirce, vol. V, C.S.P. Society, N.Y.
15. Alvarez, R. (1999): Pensándolo bien, Desclée De Brouwer, Bilbao.
16. Toro-Lira, E. e I. Ruiz (1998): Cómo conducir la cabeza, Mandala, Madrid.
17. Goleman, D. (2006): Inteligencia social, Planeta, Colombia.
18. Punset, E. (2006): El alma está en el cerebro, Aguilar, Madrid.
19. LLinás, R. (2002): El cerebro y el mito del yo, Norma, Colombia.
20. Bandler, R. y J. Grinder (1980): La estructura de la magia, vol. I, Cuatro vientos, Santiago, p.15.
21. Lipchik, E. (2004): Terapia centrada en la solución, Amorrortu, B.A.
22. Cayrol, A. y J. de Saint Paul, (1984): Mente sin límites, Robin Book, Barcelona.
23. De Shazer, S. (1991): Claves para la solución en terapia breve, Paidós, Barcelona.
24. Perls, F. (1975): Dentro y fuera del tarro de la basura, cuatro vientos, Santiago.
25. Bandler, R. (1997): La magia en acción, Sirio, Barcelona.
26. Hubbard, L. (1981): Dianética, Bridge pub., N.Y.
27. Bandler, Richard y J. Grinder (1980): La estructura de la magia I, Cuatro Vientos, Santiago.
28. Wolk, Leonardo (2007): El arte de soplar brasas, ed. Tousquet, B.A.
29. Lawley, J. y P. Tompkins (2000): Metaphors in mind, Developing Company Press,
30. Rosenberg, M. (2000): Comunicación no violenta, Urano, Barcelona.
31. White, M. y D. Epston (1993): Medios narrativos para fines terapéuticos, Paidós, Barcelona.

Artículo publicado por primera vez en: ¿Cómo elegir una psicoterapia?, RV ediciones, B.A., 2009.

Dr. Luis Arocha Mariño
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