Pasado: ¿tiempos mejores?

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Tumbaco, amaneceres de febrero de 2022.

“Todo tiempo pasado siempre fue mejor”

Barbaridad popular

“La pauta que conecta…”

Gregory Bateson

Debemos a la genial capacidad de observar conexiones, tenacidad para continuar en sus búsquedas, rigurosidad en la recolección de datos, discusión abierta de lo encontrado y sus respectivas correcciones, así como la maravillosa disponibilidad para integrar mentalmente estructuras y procesos de Charles Darwin y su colega y amigo Alfred Wallace, la idea de que la vida evoluciona constantemente y va creando patrones y pautas -reglas de juego- en las configuraciones que nos va mostrando a nosotros, los humanos, pasajeros provisionales de esta nave especial que se desplaza a 106.000 kms por hora alrededor del sol, a través de un espacio inconmensurable.

Sin embargo, la tendencia a experimentar seguridad, mediante el acto torcido de “congelar” la inevitable realidad cambiante, llevó a los grupos de éxito, los del poder político-moral-religioso-militar-económico (aquellos que crean que son cosas separadas pecan de una enorme ingenuidad), en los años 20 a 50 del siglo pasado, a cometer barbaridades en contra de los que mostraban alguna debilidad de orden genético. La llegada del descubrimiento de la fábrica de nuestro organismo en el mencionado proceso de transformaciones de la naturaleza, el código genético, gracias a la labor tenaz de J. Watson y F. Crick (sacaron ventaja frente a Linus Pauling gracias a un sueño de Watson donde dos culebras se apareaban en forma helicoidal) y su respectiva condición de experiencia animada (epigenética), rescató el valor de la evolución y, por lo tanto, de las oportunidades de corrección que a cada instante aparecen ante nuestros ojos, aunque la mayoría de las veces la niebla de los patrones fijados en nuestras mentes nos impida verlas con claridad.

En la medida en que nos sacudimos la creencia de que lo vivido hasta ahora es la VIDA, las posibilidades y oportunidades de producir nuevas realidades brillan ante nuestros ojos, nos conversan acerca de acciones posibles y maravillosas, como en el sueño de John Watson que metaforizó la estructura del ADN.

Por primera vez en nuestra historia contamos con la evolución de tecnologías mentales y sociales que permiten revertir una historia predominante de odios, rencores, guerras, egoísmo, competencias, desmesuras y abusos en otra de amores, perdones, relaciones pacíficas, solidaridad, cooperación, moderación y respeto. Ahora sí contamos con ello. Pongámoslo en práctica para hacer posible que “todo tiempo presente-futuro siempre es mejor…”

Sobre este asunto versará nuestra conversación del próximo miércoles 7 de febrero, a la 1 pm hora de Quito, Colombia, Nueva York, por Instagram (@drluisarocham) y Facebook (@dr.cerostress), te esperamos.

RECOMENDADO:

Michio Kaku: El futuro de nuestra mente, Penguin-Random House, 2015