Gestión del Tiempo para una Vida Plena
Hace 7 años abrí los ojos y me encontré en urgencias, con un dolor en el pecho y un profundo miedo. Mi mujer me miraba con preocupación, mientras nuestros dos hijos estaban en casa, cuidados por alguien más. En ese momento, solo podía pensar: «Uff, ¿y ahora quién va a sacar adelante mi trabajo?». Me sentía atrapado en una rutina que priorizaba el trabajo sobre todo lo demás. ¿Cómo había llegado a este punto? ¿Cómo permití que mi enfoque estuviera únicamente en el trabajo?
Ese fue mi punto de quiebre. A veces, un susto te obliga a reevaluar tus prioridades. Recordé las enseñanzas del colegio Neurocodex, donde aprendí la importancia de mirar a largo plazo y trazar un camino concreto para llegar allí. En esa cama del hospital, comprendí que para construir el futuro que realmente quería, tenía que empezar a tomar decisiones ahora, decisiones que me guiaran hacia donde deseaba estar. Esa noche decidí que era momento de definir un plan y, sobre todo, de introducir herramientas para estructurar mi día a día, considerando a todos los integrantes de mi vida, no solo el trabajo.
La redefinición del propósito
Comencé a hacerme preguntas: ¿Para qué trabajo? Claro, trabajo porque disfruto lo que hago y para asegurar el bienestar económico de mi familia. Pero, ¿qué hay más allá de eso? Al final, entender la respuesta a esta pregunta es esencial. La respuesta era sencilla: vivimos para ser felices. Y es ahí donde cada uno encuentra un propósito más profundo. Para mí, la felicidad reside en mi legado, lo que dejo en este mundo. Mis hijos son ese legado. Pero para que ese legado florezca, todos los aspectos de mi vida deben estar alineados con mis objetivos: mi salud, mi familia y mi tiempo.
El cambio hacia una vida consciente y conectada
Recordé una lección del Dr. Luis Arocha Mariño que me impactó profundamente: el principio MEDICO, que significa MEjoramiento DInámico COntinuo. Es un proceso en el que, de forma sistemática, buscamos aprender y mejorar cada aspecto de la vida, integrando herramientas y técnicas que nos ayudan a avanzar cada día.
Si algo no funciona, se puede mejorar. Y eso fue lo que hice. Me comprometí a evolucionar y conectar lo que me había sucedido con una nueva manera de gestionar mi vida.
Sabía que mi gestión del tiempo debía cambiar completamente. No se trataba solo de ser más eficiente, sino de ser más consciente, más intencional con cada minuto que dedicaba. Decidí emular la herramienta de Inteligencia Explosiva del Colegio Neurocodex, basada en las 4Cs: Conectiva, Colectiva, Creativa y Contextualizada.
Así lo apliqué a la gestión del tiempo:
Conectividad: Era fundamental conectar todas las áreas de mi vida, especialmente el trabajo y la familia, de forma que pudieran coexistir sin que una desplazara a la otra. Ya no podía permitir que el trabajo acaparara todo mi tiempo y energía. Alinear mi agenda con las necesidades de mi familia y las personas importantes para mí era clave.
Colectividad: No gestionamos el tiempo solo para nosotros mismos, sino también para quienes nos rodean. La forma en que gestionaba mi tiempo impactaba a mi familia, mis colegas y las personas cercanas. La inteligencia colectiva implica ser consciente del impacto de nuestras decisiones y alinear agendas para crear un equilibrio saludable.
Creatividad: Solía pensar que gestionar el tiempo era una batalla entre cumplir obligaciones y encontrar espacio para respirar. Lo replanteé: no tiene por qué ser una lucha entre trabajo y familia. Encontré maneras creativas de disfrutar el proceso y hacer las cosas de forma más efectiva y agradable. Incorporé momentos de descanso y juego, sin sentir que todo era una carga.
Contextualización: No todas las etapas de la vida son iguales, y mi gestión del tiempo tenía que ajustarse al contexto actual. Mis hijos son pequeños y requieren atención constante, y supe que esta etapa es irrepetible. Aprendí a ajustar mi agenda para estar presente en lo que realmente importa, sin sacrificar ni el trabajo ni la familia.
Al final, el objetivo es tener una agenda clara de actividades diarias siguiendo las 4C y con una hora de inicio y fin.
Las herramientas y hábitos que cambiaron mi vida
Durante este proceso de cambio, busqué referencias y guías. Comencé a seguir a expertos que hablaban sobre cómo gestionar mejor el tiempo y alcanzar un alto rendimiento. Libros como Getting Things Done (GTD), The Charge y High Performance Habits de Brendon Burchard me ayudaron mucho. Fue Burchard quien me hizo replantear cómo gestionaba mi agenda de manera proactiva. Me enseñó a bloquear momentos específicos para revisar correos, delegar lo menos importante y priorizar tareas alineadas con mis objetivos clave, protegiendo mi agenda de demandas externas.
La tecnología fue mi gran aliada en este cambio. Decidí utilizar herramientas que me permitieran visualizar y controlar todas mis responsabilidades, ayudándome a estructurar mis días de forma clara:
Definía tres grandes proyectos (máximo).
Dentro de cada uno, identificaba cinco elementos que debía avanzar ese día.
Seleccionaba las personas clave con las que necesitaba conectar.
Finalmente, marcaba mis 10 prioridades diarias, aquellas que debía terminar sí o sí.
Este proceso se repetía hasta que se volvía un hábito inconsciente.
La reflexión al final del día fue clave. Me preguntaba: ¿Qué salió bien? ¿Qué faltó? Esto me permitía ajustar y planificar el día siguiente. Diferenciar entre lo urgente y lo importante fue crucial. Muchas veces, lo que creemos urgente puede esperar. Y si algo verdaderamente urgente aparece, es porque no lo anticipamos bien.
Finalmente, apliqué otra herramienta del Colegio Neurocodex, el Ejercicio de Buenas Noches, un pequeño ritual de reflexión para revisar lo positivo del día y ajustar lo negativo, lo que me ayudó a dormir en paz.
Con el tiempo, esta gestión más consciente, creativa y estructurada me permitió recuperar el equilibrio. Lo llamo la Gestión Neurocodificada del tiempo.
Entonces, ¿Quieres esperar a estar en una cama de hospital para darte cuenta de lo que realmente importa? ¿O prefieres empezar hoy a vivir una vida consciente, equilibrada y feliz?
Aprende a gestionar tu tiempo de forma neurocodificada y cambia tu vida.