Actúo, luego existo.

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Tumbaco, hacia el centro de Marzo, 2022.

A mis amigos colegas coordinadores del Colegio NEUROCODEX: Diana, Isabel, Karina, Laura, Maigua, Patty, Avix y Edu.

“El pensamiento y la acción, para ser eficaces, deben ser como brújula que guía y hélice que empuja”

José Ingenieros

“La cibernética es el mayor mordisco que el hombre le ha dado a la manzana del conocimiento en toda su historia”

Gregory Bateson

“Nunca el mismo hombre se baña en el mismo río”

Heráclito

A nuestro querido José Ingenieros se le quedó por fuera, a menos de que lo considerara parte del pensamiento, la afectividad, a la cual aludimos en el Hablemos Claro anterior, “Siento, luego existo”. Por ello, cuando decidimos tomar una acción es importante considerar TODAS las variables involucradas y no decidir aisladamente desde uno de los puntos de nuestras competencias para llevar a cabo cualquier cosa que nos propongamos.

Indudablemente que Ingenieros quiso hacer hincapié en la necesidad de contar tanto con la razón como con la acción; una, proveyendo el aspecto específico humano, y la otra, la forma de traducir en resultados concretos lo que aspiramos en la vida, ya que si no ejecutamos acciones específicas, las cosas se quedan en pura ilusión. De allí la importancia de completar el circuito que cierra las operaciones humanas. Por eso, la vez pasada señalábamos la importancia, destacada por Daniel Kahneman y Daniel Goleman principalmente, de los aspectos vinculados a nuestra experiencia afectiva para limitar y orientar nuestras decisiones cognitivas.

Tomando en cuenta que José Ingenieros escribió el “Hombre Mediocre” en 1913, época en la cual se despreciaba la vida emocional como un interruptor de los procesos racionales en lugar de ser la motivación para establecer un destino, resulta comprensible que no haya considerado la “gasolina” para mover la hélice en su frase digna de conservar en nuestra memoria, como una estupenda guía para proceder frente a las vicisitudes de la vida.

No nos cabe la menor duda de que al día de hoy es indispensable asumir la complejidad de la vida, entendida como la necesidad de contemplar paso a paso los momentos o estados por los que vamos pasando al tomar cualquier decisión: presencia de un estímulo, percepción de éste, modificaciones sensorio-representativas, constitución de memorias cognitivas, afectivas, motoras y de interacción con los estímulos que originaron el disparo de la cascada de decisiones comprometidas en la acción resultante, en un circuito cibernético que supera la visión arcaica de causalidad lineal frente a la vida.

Es la clave para estar en Mejoramiento Dinámico Continuo (modo MeDiCo de vivir), siguiendo el consejo de nuestro querido Heráclito©

Te esperamos.

RECOMENDADO:

Gregory Bateson: Pasos hacia una ecología de la mente, Lohlé-Lumen, 1972.